Hacía mucho, mucho tiempo que no publicaba una receta de panecillos. Y cuando digo mucho, no lo digo por decir, ya que la última receta es de hace más de un año, cuando compartí con vosotros estos brioches (entendiendo los brioches como panecillos dulces, claro). A mi lo que más me gusta de estos panecillos es la corteza ligeramente crujiente que tienen recién horneados, y digo ligeramente para que no os espereis que los panecillos tengan corteza como una baguette pues son tiernos como unos panecillos de viena. ¿Cómo se consigue ese toque crujiente? Pues muy sencillo, pintando los panes con agua ligeramente salada antes de hornearlo, fácil ¿verdad?
PANECILLOS BLANCOS CRUJIENTES
Ingredientes
- 350g harina de fuerza
- 1 cucharadita de sal
- 1/2 cucharadita de azúcar
- 15g mantequilla a dados
- 200g agua templada
- 10g levadura fresca
- 110g pasta fermentada
Elaboración
- Amasar todos los ingredientes hasta obtener una masa lisa y algo pegajosa.
- Cubrir con un paño y dejarla reposar durante una hora o hasta que haya aumentado 2 1/2 veces su tamaño inicial.
- Volcar la masa sobre una superficie enharinada, doblarla para que coja fuerza.
- Dividir la masa en 8 porciones de 90g aproximadamente y darles forma a los panecillos.
- Colocar los panecillos sobre una bandeja de horno, cubrirlos con un paño y dejarlos reposar 30 minutos.
- Pintar los panecillos con agua ligeramente salada.
- Hornear a 190º, calor abajo, durante 15 minutos y 5 minutos a 200º, calor arriba, para que se doren.
- Enfriar sobre una rejilla.