No suelo usar harina de espelta blanca, pues la prefiero integral, pero me parece una opción deliciosa y saludable para todos aquellos que prefieren los panes blancos. Además con esa corteza craquelada como la de la foto, señal de que está bien crujiente, ¿quién puede resistirse a probar un pan así? Yo os puedo asegurar que no.
PAN DE ESPELTA BLANCA
Ingredientes
- 200g masa madre alimentada con harina de espelta
- 400g harina de espelta blanca
- 100g harina de fuerza
- 300g agua
- 1 cucharadita de sal
- 5g levadura fresca o 1/2 cucharadita de levadura seca
Elaboración
- Amasar todos los ingredientes hasta obtener una masa elástica, flexible, suave y ligeramente pegajosa.
- Cubrir con un paño de algodón o con papel film y dejarla reposar hasta que haya doblado su volumen (1 o 2 horas en función de la temperatura ambiente).
- Poner la masa sobre una superficie ligeramente enharinada, doblarla por la mitad para que coja fuerza y bolearla con suavidad.
- Colocar la masa en un banetón enharinado. Dejarla fermentar hasta que casi haya doblado su tamaño (1 hora aproximadamente).
- Precalentar el horno a 250º con calor arriba y abajo sin ventilador. Si no se dispone de piedra de horno dejar la bandeja que se utilizará dentro para que esté caliente.
- Sacar la masa del banetón girándola con suavidad sobre la pala que usaremos para entrar el pan en el horno. Marcar la masa con unos cortes.
- Introducir el pan en el horno y cocerlo durante unos 45 minutos a 210º (con vapor y sólo calor abajo) o hasta que esté dorado.
- Enfriar el pan sobre una rejilla.